Tratamientos de la madera

Tratamientos contra insectos xilófagos (carcoma, termita, etc.), que se alimentan de los componentes principales de la madera y son los causantes de su deterioro, llegando inclusive a la destrucción de la misma.

Los agentes destructores que, directa o indirectamente, intervienen en la alteración de la madera, se pueden dividir en no vivos (abióticos) y vivos (bióticos). En los primeros, el agente causante del daño ha desparecido o ha perdido su actividad, pero son indicativos de que existen o han existido condiciones adecuadas para su desarrollo (radiación solar, humedad, etc.). En los segundos, el agente se encuentra presente y activo (numerosas especies de hongos e insectos: carcoma, polilla, termitas, etc.).

La protección de la madera es la acción que se realiza sobre ella para impedir que se vea afectada por los agentes que la degradan. Esta protección puede ser preventiva, mediante la aplicación de un producto protector biocida, cuando se actúa sobre una madera sana, o bien curativa, cuando se trata de eliminar los agentes destructores que ya están actuando sobre ella, paralizando los procesos de degradación existentes en las piezas que se conserven y dejarla protegida contra posibles ataques futuros.